Cuando se
aplica chorro de arena (“sandblasting”)
como método de preparación de una superficie metálica previo a la aplicación de
una pintura protectora, se está exponiendo al personal a un riesgo grave: la
silicosis.
Los granos
de arena golpean sobre la superficie y se rompen en pequeñas partículas que
forman una nube. Estas partículas permanecen cierto tiempo flotando en el aire
y en caso de ser respiradas sin ninguna protección se alojan en los alveolos
pulmonares provocando una disminución considerable de la capacidad
respiratoria. Esto puede afectar tanto al aplicador del chorro de arena como a
otras personas que se encuentren en el área circundante. Desplazada por el
viento, la nube de polvo de arena puede llegar a zonas ubicadas a cierta
distancia por lo cual siempre se debe verificar la dirección de los vientos
antes de ubicar a los aplicadores de chorro de arena en un proyecto en campo.
En plantas
de revestimiento de tuberías se utiliza granalla de acero – que no produce
polvos tóxicos en la atmósfera – utilizando un equipo como el que se ve en la
siguiente fotografía.
También
existen cámaras de aplicación cerradas que permiten el uso de chorro de arena
porque el polvo resultante no sale al exterior.
Para pequeñas piezas que requieran chorro de arena se han
diseñado modelos como el siguiente:
Estos aparatos, parecidos a incubadoras de bebes, permiten
introducir los brazos por mangas de goma protectoras y a través de una ventana
de vidrio se ve el área de operación. Son ideales para mantenimiento de piezas
en ambientes corrosivos porque permiten preparar la superficie con alta calidad
y posteriormente aplicar el revestimiento correspondiente.
Amigo, donde puexo conseguir ánodos de sacrificio para las plantas de hielo en bloques. Vienen en placas de 10 o 15 kg.
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